Joan Crawford en Strait-Jacket (William Castle, 1964) |
Quien a hierro mata
a camisa de fuerza se mantiene.
Sucedáneos de musas
lastimeras y embaucadoras
salpican con sus muslos
de erótico poder
lujuriosos encantamientos
de azogue.
Me tomo a pecho el querer aletargar
mi raciocinio de centelleos infaustos
bebiendo brebajes de amnesia
y golpes bajos,
arrinconando deudas asistidas
por motivos de persecución
y homicidio.
Pasa el mundo como un ciclón
de sistemas cibernéticos
ya que morir es algo basado
en vestigios binarios,
ojos cadavéricos
y cenizas
de salero.
Quien a hierro mata
a golpes de infamias se mantiene
(en pie).
¡¡Bravo, Alex!! Me encanta.
ResponderEliminarVersos severos que raspan la realidad hasta hacer el cauce donde fluye la autentica poesía, una desgarradora hermosura que, desataviada de la hipocresía, dice de la desnudez humana, sus miserias y felicidades.
ResponderEliminarMagnífico poema como lo son otros a los que nos tienes acostumbrados, Alex. Un abrazo.
K.
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ResponderEliminarGlorioso despiece del alma.Honda realidad.Bravo.
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