y
mi corazón siempre esperaba a que te quedaras dormido
-siempre
te quedabas dormido
antes
que yo-
pendiente
del hilo de baba que rodaba por mi labio
hasta
tu polla
para
convertirme en ese ser funámbulo que entre las sábanas
se
empeñaba en entender tu sexo
cubrirlo
cálidamente aléntandolo
embaucarlo
embrutecerlo
sin
usar las manos para acotarlo
acariciarlo
en todo su recorrido sólo y exclusivamente con la lengua
degustar
plácida los bajos anhelos a los que me empujaba la noche a tu lado
tú
en mi boca y yo sola con los ojos cerrados
diciendo
Sí completamente a cada centímetro tuyo
como
sólo se puede
con
alevosía
con
h a m b r e
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