Sacudo
mi sexo deshojado y rugoso abandonado carmesí sin asombro
flamean
sus números bacantes que saludan mi ciencia insomne
sobre
los hombros llevo su peso el yugo de su guirnalda desierto.
Sacudo
mi sexo furibundo y sus riberas se desatan errantes
las
cadenas comprenden la sangre del agonizante fragor
los
ebrios vientos pasan de costado con su dentadura
y
no hay lenguas ni labios ni relojes fúnebres que afilen sus
pies.
Sacudo
mi sexo pulso por la avenida despojada
como
criatura de escarcha con sus ojos frenéticos
mi
sexo tierno encallado en su rebaño
su
lecho vacío de poluciones
sus
humedades su nocturnidad su entereza su médula su cáncer
ciego.
Sacudo
mi sexo y palpita como enjambre de ruiseñores como mordisco de
perro
daga
bórica sin palabras
carne
que acopia muertos y trajes con esa pupila de humo
columpiándose
por escaleras.
Mi
sexo tumulto racimo de espuma
lo
sacudo en aluvión de infiernos
en
diluvios solitarios
en
verdes alambradas y alcantarillas de tristeza
mi
sexo afilado sin mortaja en su licor de sueño y su aullido
ensangrentado.
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