adelanto del libro Diosas de Burdeles de Almas (Neurótika Books)
Texto:
Vara
Fotos
performance: Begoña
Grande
Crítica: María
Góngora aka Mery Caos
Oculto
vacío
La
bañera
escupe sangre hacia dentro,
siempre
lo hizo;
de
alguna manera aquella escena,
que
ahora reproduzco hasta el más
mínimo
detalle,
forma
parte del tejido neuronal de mi memoria;
Hoy
me dispongo a regresar al trauma uterino,
hoy
debo sumergirme de nuevo
en
el líquido
amniótico,
hoy
quiero volver a experimentar lo que se siente
en
el interior de la placenta,
hoy
quiero encontrarme conmigo misma
o
perder definitivamente la cordura.
Todas
mis performance se basan en viejos traumas
anclados
en lugares oscuros de mi cerebro,
silenciosos
como oscuros pasajeros
de
lagunas estigias particulares;
Conozco
a la perfección
cada centímetro
cuadrado
de
mi cuarto de baño,
con
ese telón
de fondo sensitivo que es el olor a humedad,
rancio
como las traicioneras puñaladas
de mil fracasos;
Cuento
mentalmente cada ojo de cerdo
ensartado
en el palo,
ritual
fisiomecánico
que
responde a pulsiones internas
que
me llevan a extremar el concepto de oralidad,
a
destruir todos los conceptos aprendidos
desde
pequeña;
Necesito
experimentar algo similar a la repulsión,
notar
el vómito
fluyendo desde lo más
íntimo
de mí
después
del acto cotidiano de la masticación
de
algo ajeno a nuestros hábitos
culturales:
masticación
–
vómito,
masticación
–
vómito,
apreciando
el sabor agridulce de la bilis
con
hedor a dioses apestados y cosas muertas;
El
peluche siempre estuvo allí,
jugando
cruelmente a practicar regresiones de mi yo
a
partes oscuras y violentas de mi niñez,
es
por ello que planeé
asesinarlo.
Asesinar
a mi peluche predilecto
se
convirtió
en un acto obsesivo compulsivo
donde
planificaba hasta el extremo el más
mínimo
detalle
de
cómo
se realizaría
tal carnicería
bizarra,
el
peluche devorador de risas infantiles
con
el ansia desbocada de un asesino en serie
días
previos a su primer crimen;
El
peluche del amor odio,
el
peluche que quería
masticar,
engullir,
tragar,
trozo
a trozo,
pelo
a pelo,
bocado
a bocado
hasta
ahogarme en él
obstruyendo
mis vías
respiratorias
en
una apnea violenta,
escapando,
huyendo
de una realidad hecha jirones,
cosidos
de nuevo por modista ciega
aquejada
de tuberculosis espiritual;
Me
hundo con él
en el agua turbia de la bañera,
con
su textura malsana acariciando mi piel desnuda,
me
hubiera gustado que alguien entrara de repente
y
me hubiera follado allí
mismo,
en
el fondo abisal de mi infancia…
…y
que me hubiera incrustado el peluche en mi vagina
mientras
su polla se me atragantaba
en
la garganta…
y,
luego, al final, me daría
la vuelta como despojo humano,
y
mientras el agua inundaba mi boca y mis fosas nasales
su
miembro erecto navegaría
por las entrañas
de mi recto,
buscando,
quizá,
un oasis cuajado de excrementos;
y
luego la nada,
el
vacío,
el
ahogamiento definitivo
mientras
azotaba mis nalgas
con
correa de padre violento,
castigándome
por haber sido mala,
una
niña
muy mala…
…y
luego me quedaba sola,
perdida
en un mar minúsculo
de
agua helada,
entre
mi propia sangre, mi propia mierda
y
filamentos amorfos
de
semen coagulado adherido a mi piel,
a
mi oscuridad,
a
mi negación,
a
mi abismo personal de locura contenida,
a
mi realidad absurda,
a
mi peluche asesinado con cuchillo de cocina
oxidado,
como
los recuerdos de los amantes que nunca fueron
nada
sincero,
sólo
usureros emocionales
que
me hicieron mutar en marioneta catatónica,
adicta
al odio y a la metanfetamina,
y
a la marihuana, y al alcohol en noches agrias
de
bilis y rabia,
y
a la ketamina,
y
a la cocaína,
y
al cristal cuando me apetecía
visionar colores imposibles
dentro
de uno de mis tantos cerebros paralelos
y
a escapadas neuronales por el DF
en
noches donde los demonios andaban sueltos
copulando
con mentes-vagina
en
trastiendas de luz mortecina
y
olor a pescado en descomposición,
y
a todo tipo de sustancias
que
supusieran subir un peldaño
más
en
la escalera de la autodestrucción…
…así
era yo desnuda ante la bañera,
la
vieja bañera
que escupía
sangre hacia dentro,
como
si tuviera el don de la menstruación,
menstruación
dolorosa y vengativa,
como
poso ranció
de amantes asesinados
por
sueños
mutilados de pasión
enrarecida;
Y
me fascina mi propia imagen,
ensangrentada,
mirándome
desde el espejo que filmo inconscientemente
con
la cámara
de vídeo
digital que sostengo en la mano…
… me
miro,
me
analizo,
me
observo,
y
me doy cuenta de que algo anda mal
dentro
de mi cabeza.
Enfoco
al suelo:
sangre
desparramada
sobre
mis pies desnudos,
y
tomo conciencia de que hoy aún
no he follado;
Muchas
horas pensando en esto: pelo mojado
y
olor a humedad enganchado en el cuello,
silencio
abisal,
un
peluche flotando muerto en la bañera,
la
imagen estática
de un niño
llorando,
quizá
mi propio hermano o yo misma vestida
con
ropas de niño,
entonces
y sólo
entonces decido cerrar los ojos
y
hacer un desesperado fundido en negro
mientras
dejo que la cámara
siga grabando…
La
crítica
constructiva que sigue es de María
Góngora
o Mery Caos, mi compañera
en este dulce y amargo viaje de DIOSAS DE BURDELES DE ALMAS:
- Vale, ya lo he releído un par de veces más, y antes de que se me olviden las cosas, voy a decirte lo que me parece. Espero no tomarme demasiada confianza al hacer esto que voy a hacer. Me pides mi opinión, y te la doy. A veces peco de ser demasiado sincera. Espero que no te moleste.
Intuyo que las imágenes forman parte de un vídeo performance. Me gusta la idea de que te pongas en la piel de la autora y "poetices" sobre el tema. Pero quizá sea demasiado explicativo, que no explícito. Es decir: si tenemos las imágenes, hay cosas que quizá no haga falta nombrar en el texto. Yo me centraría en "lo de dentro" y quitaría lo que ya vemos, si no todo, una parte.
He mandado mis textos a algunas personas y también he participado en veladas en las que leíamos y comentábamos nuestra poesía. De estas sesiones he aprendido lo que yo no veo en mis propios textos. También, los errores que cometía y sigo cometiendo a la hora de escribir un poema. No quiero decir con esto que haya que seguir siempre unas reglas, pero sí que a veces esas reglas ayudan al que escribe, y sobre todo, al que lee, a comprender y empatizar con lo que queremos contar.
Hay cierto exceso de adjetivos y de conectores en el texto y eso hace que en algunos versos, resulte un tanto "pesado". Yo aliviaría el ritmo, quitando comas y poniendo más puntos. Ayuda al lector a "respirar" y poder ir asimilando lo que está leyendo. El esceso de conectores se puede permitir en la prosa, pero en el verso, pesa demasiado y parece que estamos en una "lista de la compra" No se si me explico bien o me estoy pasando de la raya. (espero que no, joder!)
- el exceso de adjetivos a veces hace que el verso se vuelva demasiado pesado y se pierda la imagen que queremos transmitir. Muchos son necesarios, es cierto, pero otros, podemos prescindir de ellos.
El texto está bien ordenado, comienza muy muy fuerte, y te dan ganas de seguir leyendo. Después viene una sucesión de imágenes en las que quizá sobran algunos verbos. Si estamos hablando desde dentro, desde lo que se siente en esa bañera, no hace falta buscar imágenes demasiado enrevesadas para explicar lo que queremos. Es simple, y es fácil. Está ahí.
Hay versos que me encantan:
"ese telón de fondo sensitivo que es el olor a humedad,
rancio como las traicioneras puñaladas de mil fracasos;"
sin embargo, yo, por ejemplo, quitaría el adjetivo "traicioneras" no me hace falta. Ya traición ya la marca el puñal. no sé si me explico bien.
"el peluche devorador de risas infantiles
con el ansia desbocada de un asesino en serie
días previos a su primer crimen;"
me parece una imagen perfecta, sin embargo, en los dos siguientes versos, vuelves a repetir "el peluche" y sabes? me da la sensación de que si buscaras otra palabra que no fuera esa, ganaría en fuerza la imagen. Si ponemos "animal" y ya tenemos la imagen del peluche siendo descuartizado por el cuchillo, estamos dándole más fuerza al texto, no crees? "Peluche" es una palabra difícil de encajar en un texto tan fuerte y violento como este. Es cierto que es un peluche, y que estamos regresando a traumas infantiles, pero lo tenemos en la imagen, ¿para qué más? Es mi opinión, solamente.
Lo que viene después me encanta. Toda esa estrofa en la que ella recrea el sueño de que alguien la folle, es bestial. Y aún así, me sobra algún adjetivo.
No sé. ME gusta mucho la idea. MUcho, mucho, pero creo que puedes darle una vuelta más.
Espero que no te moleste mi "crítica constructiva" EL texto es bueno, muy bueno. No me extraña que te hayas inspirado así, porque las imágenes son brutales, y dan para un texto así.
A ver si podemos charlar pronto y me cuentas qué te parece lo que te he dicho.
Un abrazo caótico.
Mery
Caos
Excelente.
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