sin el animal que habita dentro de nosotros
somos ángeles castrados
Hermann Hesse
Te atraen mis palabras
a mí tu piel
puertas entreabiertas
al tiempo salvaje
en un juego inocente
de laberintos
sin apostar las ganas
con la arena
de relojes caducos
saltando al vacío
con el deseo latente
bajo los labios
para desnudarnos
por dentro
primero las palabras
luego los cuerpos
descifrándonos
con la lujuria penitente
del placer
sin escatimar suspiros
ni caricias
respiración acompasada
Extraído de Poesía Asincopada y Haikus. Ed. 4 de Agosto, 2012.
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