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Tamara de Lempicka |
Me
ofreciste una cama azul
de
sábanas desgastadas
-
demasiado sudor ajeno -,
tus
hormonas desbocadas
-
un parpadeo, y mis bragas,
en
el suelo -
e
infieles,
-
compartidas extraoficialmente -,
una
correa para retenerme
-
en caso de emergencia
por
falta del polvo de turno,
tirar
fuerte
de la cadena -,
tu
acento pegajoso, tu saliva impura,
tus
cartas y poemas de corta y pega
-
trampa perfecta para princesas desorientadas -,
tu
patriotismo ególatra
-
tú, tú, tú, y sólo
tú -,
tu
exquisita colección de corazones fragmentados
y
coños saboreados con avaricia,
un
diccionario plagado de dobles sentidos,
una
miserable cajita con cuatro tonterías…
y
una herida que supura
cada
vez que desempolvo la poca correspondencia
que
se salvó de la quema,
pruebas
que conservo para rememorar
mi
entrega absoluta a lodo biológico,
para
no olvidar jamás que yo soy dolor.
(Del
poemario inédito “Perra”)
enorme este blog
ResponderEliminargracias Saudade, me alegro de que te guste. Las puertas estań abiertas a todo tipo de colaboraciones. Un abrazo.
Eliminarawi,