jueves, 2 de mayo de 2013

Nido de Anguilas. Jorge Ortiz Robla





En la soledad del orgasmo,
la masturbación es voraz y cutánea.

[Cierro los ojos y veo mi lengua circunvalando tus labios.
Cambio una y otra vez de pierna,
como de sentido en la autopista]

La soledad del orgasmo en la oficina,
en el salón,
en el probador de unos grandes almacenes.

[Cierro los ojos y veo cómo mi carne entra en tu carne.
El sexo es eso,
el amor, todo lo demás]

La soledad del orgasmo en un sillón
o bajo la luz cenital del cuarto de baño.

[Cierro los ojos e irrigo tu sexo
con la alcachofa de la ducha.
Tu placer licuado se va por el sumidero.
El mío,
con el rugir acuático de la cisterna]

Ahora sí me siento jodidamente eléctrico,
Ahora sí, mi próstata es un nido de anguilas.

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