Tu
amor es un cilicio
Cuando
me lo quito, me lo arranco, me despojo de él
Ya
lo estoy añorando
Síndrome
de tu presa
Condenada
a tu aroma y a tu azote lírico.
Lo
observo y pienso en el dolor,
No
lo siento,
Lo
dibujo con mi mente,
Veo
sus marcas,
Las
recorro con mis dedos,
Mi
fetiche,
Tu
sudor.
Después
vuelvo a colocarlo en su sitio
Que
es mi piel
Porque
tú eres mi religión.
Apretándolo,
haciendo agujeros a la hebilla de la agonía
Que
es dulce y sabe dar dentelladas.
Siento
cómo se hunde en mi muslo, en mi corazón,
En
el adentro que sólo tú palpas,
Con
punzadas placenteras y llenas de noche.
Algo
que hurga, que escuece,
Que
me pone del revés.
Es
lo que busco.
Algo
que conoce mis flaquezas
porque
las inventa
y
se recrea en su poder.
Es
lo que eres.
Que
me atraviesa y me destruye,
que
busca en mi amasijo mi placer.
Un
trasnochar eterno en ti
Con
abordaje canino y letal
Declinas
mi vida que te ofrezco en bandeja
Porque
prefieres de mí todo robarlo.
Ansías
verme latir entre tus brazos
Así,
desde abajo, se consumen las nubes negras
Que
inundan tu cabeza y te sumergen en constante letargo.
Que
estoy aquí para salvarte, digo.
Como
el pájaro que se posa en tu corazón y se agita
Y
se eleva y gorjea en su prisión
Así,
así eres cuando soy.
missdesastresnaturales.blogspot.com
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