lunes, 29 de abril de 2013

Anónima (Inconcluso) De nuestros cuerpos y tormentos. Ericka Volkova




Perdonadme si en anonimato hoy me encuentro, las tribulaciones amorfas que a mi mente recorren impiden lúcida sea. La euforia que a mi cuerpo intoxica despreciable ante vos comparable es, pues el observar la pulcritud de vuestro cuerpo terso desnudo evoca en mí la perfección misma de la cual copartícipe yo sea. Vuestros pechos, que en óvalos a contraluz la obscuridad bordea, me hacen de vos la vista no apartar, circundando vuestro cuerpo, describiéndole con mis labios que por los contornos os dibujan en inexorable enigma que, a vuestros muslos con mis brazos aferrada, en el recuerdo mío tallar quisiere, haciéndole perene inmortal de la mortalidad misma.

Lúcida no más estadle puedo, intoxicada de vos la sangre ardiente a mí el cuerpo incinera, y sin desear perturbar la imagen vuestra que mis ojos mudos vuestro nombre gritan, corrompeos con mi tacto no quisiere. Mas vuestra belleza insignia por mi lengua probadle deseare, perturbando la imagen de vos misma, recorriéndoos por milímetros en la piel vuestra, enlazando los cuerpos nuestros que, cual áspides, en contorsiones entrelazadas nuestras caricias la carne de una a otra marcaren, escurriendo por la piel nuestras las caricias que por las manos nos recorrieren, deslizándoles fluidas por los perímetros de nuestros sexos conversos, palpando ansiedades, hurgando las concupiscencias de nuestras propias voluptuosidades.

Anónima le soy, pues vuestro cuerpo ante mí desnudo impide la persuasión imaginar, siendo vos, Kurskova, la imagen que a mi mente en la muerte perene tallar de la belleza única deseare.

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