Me encanta cuando eres tan impúdico y te noto las ganas. Me gusta que dejes que
tu dignidad se haga líquida al verme. Lo elemental va por delante, ¿verdad? Lo
primero. Lo esencial. Aquello que nos arrastra de manera irresoluble. Aquello
que no entiende de códigos ni de formalidades. Y sí, ahora, con esos ojos de perro,
con esos ojos de hambre, haciendo acopio de contención y sensatez, recogiéndote
sobre el asiento, pero tan fuera de ti, estás tan animal… voy a dejarte un ratito más
a ver hasta dónde aguantas.
Genial. :)
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