de Irredento (Endymion poesía, 2011)
Quiero hacer cosas terribles contigo.
Bautizarte —por ejemplo-
bajo el rito de alguna religión mistérica
fundada en un pantano sureño.
Provocar tormentas haciendo el amor, tú y yo,
como dos hermosos negros sudorosos.
Un maldito par de endemoniados
orgullosos de su condición.
Necesito colgar de tu cuello un collar de flores raras,
mancharte la lengua con esencia de hada verde
comprada en Bourbon Street,
soltarte el pelo, muy despacio,
formar parte de él, derramarme por tus hombros.
Brindar, beber de tu vientre y tú del mío
en el café Du Monde,
laissez les bontemps rouler!
Se me van los pies tras la cabeza,
la cabeza tras la pelvis,
¿quién te ha enseñado a quitarte la ropa a ritmo de jazz?
¿Nos imaginas?
nadando inseparables en aguas peligrosas
atestadas de sensuales sanguijuelas,
fumando juntos hierba del diablo tendidos bajo un sauce,
devorándonos crudos, reduciéndonos a cenizas,
haciendo llorar de orgullo a mamá Erzulie
con nuestras travesuras,
siendo eternamente jóvenes en la ciudad de los santos
Existe una región indómita en la que refugiarnos
amor mío,
Solamente hemos de seguir el sonido
de los djembés y las darbukas,
Adentrarnos en la espesura sin miedo,
¿escuchas los cantos espirituales de los negros?
Están desnudos mientras los cantan,
nos llaman con voces roncas, templadas al fuego,
huele a bourbon, a miel, mostaza y noche eterna...
¿Vamos?
¡Qué bueno!!
ResponderEliminarMuchísimas gracias Adriana, lo acabo de descubrir, es imperdonable por mi parte haber tardado tanto.
ResponderEliminarY gracias Maica.
Un verdadero honor,