miércoles, 21 de agosto de 2013

I’m a cam Girl. Cristina Ocaña






I'm a cam Girl, chica inquieta y coqueta a la vez. Siempre estoy dispuesta, abierta 24 horas, sin descanso, cobro por horas, por fracciones de minuto, por fracciones de segundo. Pagada por horas, horas aburridas repitiendo un patrón. Te anhelo, sé que solo quieres una cosa de mí, que me muestre sexy, picarona, desnuda ante ti. Pero mi trabajo me apasiona y te espero, te espero impaciente.

I'm a cam Girl y pinto mis labios con un rouge salvaje y desaforado, que no pega nada con mi cara de niña buena transformada con maquillaje de teatro. Soy tu prostíbulo de las 19.30, hora inamovible por tu mirada escrutadora de voyeur. Pagas la conexión y aparezco como una rosa en primavera, fresca, mojada por el rocío de la mañana. Soy tu musa perfecta, tu ninfa, la única mujer que no te falla. Mientras dure la conexión degustaré una piruleta en forma de corazón, con fruición, con lascivia, dejando que mi lengua, implacable, distraída, juguetee con ella para que tú sueñes e imagines que recorro tu sexo caliente.

I'm a cam Girl y me pides un tributo por esa conexión. Debo llevar picardías que se entremezclen con tus estados de ánimo y con la belleza de los días que pasan. Los lunes son negros, porque negra es tu alma. Los martes son verdes como esas manzanas ácidas, verdes, porque aún hay esperanza de que quieras algo más de mí. Los miércoles son naranjas y pasionales, los jueves azules y algo fríos como tus labios que no puedo besar. Los viernes rojos y sexys en los cuales me fumo un cigarrillo largo, cual prostituta esperando un gemido. Los sábados son rosas con cierto encanto infantil, con lazos del mismo color en mis trenzas. Y por último los domingos toca desnudarse de blanco, porque llevo un camisón romántico con flores rojas enredadas en mi pelo, tristes peonías que se marchitan en mi cabello.

I'm a cam Girl, y visto perlas del pacífico bellas y abrumadoras. Diamantes de Tiffany's tan brillantes como la luna. Esmeraldas dispares como los mares del sur y rubíes tan rojos como la manzana de la bella durmiente. Nunca fui engañada pues jamás un hombre de verdad se enamoró de mí. Yo juego con tu destino, voy tejiendo finos hilos de colores y como Penélope a la mañana siguiente deshago el entuerto. Intento descifrar lo que esconden tus ojos infinitos, pero no puedo, no puedo descubrir el abismo insondable que hay en ellos.


I’m a cam Girl, I’m a cam Girl, I’m a cam Girl.



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