© Ed van der Elsken |
vienen ávidos los peces de la madrugada
a beber el veneno marino de las grandes travesías
traen en las escamas la primavera sombría del mar
desprenden minúsculos cristales de arena junto a la boca
y parten cuando despierto en el tejido húmedo de los sueños
ven a recostarte conmigo en el heno de los romances
para que la mañana no libere los celos
y de nuevo nos obligue a huir
ven a tumbarte donde los dedos son aves sobre el pecho
olvida los malos momentos la falta de noticias la pereza
levántate y regresa
para que miremos la escarcha de los astros deslizándose por los cristales
y a los pájaros picoteando el otoño en el zumo de las moras
iremos por los campos
en busca del silente fuego de las casiopeas
Extraído de El miedo (Poemas escogidos, 1976-1997). Pre-Textos 2007.
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